“I want to break free”, es uno de los grandes éxitos del grupo británico. Un emblemático clip que, con los músicos travestidos, generó controversias en todo el mundo.
A mediados de 1983, y luego de un parate de un año, Queen se reunió para trabajar en el que sería su undécimo álbum de estudio. “The works” se publicó en febrero de 1984 y aportó unos cuantos éxitos al listado del grupo, como “Radio Ga-Ga”, “It´s a hard life” y “Hammer to fall”. Pero ninguna canción iba a ser tan relevante como “I wan’t to break free”, y ninguna otra le iba a traer tantos problemas.
Compuesto íntegramente por el bajista John Deacon, el tema traía un título claro y directo: “Quiero liberarme”. De quién, o de quiénes, era otro tema; si eran sexuales, políticas, religiosas o familiares, no era asunto del autor ni de la banda.
El disco se publicó el 27 de febrero, y las repercusiones fueron las esperadas. Todo iba bien hasta que en abril dieron a conocer el videoclip, que no pasó desapercibido en ninguna parte del mundo.
Fue recibido como un himno de liberación por las minorías sexuales y por países del tercer mundo en plena opresión política. Pero en los Estados Unidos de Ronald Reagan causó el efecto contrario. La cadena MTV prohibió su difusión y rompió la relación del grupo con el público americano. ¿Tanto revuelo por un clip?